La leche materna es el
mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. No sólo
considerando su composición sino también en el aspecto emocional ya que el
vínculo afectivo que se establece entre una madre y su bebé amamantado
constituye una experiencia especial, singular e intensa.
La leche materna
contiene todo lo que el niño necesita durante los primeros meses de la vida.
Protege al niño frente a muchas enfermedades, mientras el
bebé está siendo amamantado y favorece el desarrollo intelectual.
Las mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el
embarazo más rápidamente y es más difícil que padezcan anemia tras el parto,
también tienen menos riesgo de hipertensión y depresión postparto. La
osteoporosis y los cánceres de mama y ovario son menos frecuentes en aquellas mujeres
que amamantaron a sus hijos.
Desde otro punto de vista,
la leche materna es un alimento ecológico puesto que no necesita fabricarse,
envasarse ni transportarse con lo que se ahorra energía, se evita contaminación
del medio ambiente y también es económica para la familia.
Cualquier mujer puede
ser capaz de alimentar a su hijo exclusivamente con su leche.
El principal estímulo que induce la producción de la leche
es la succión del niño.
La cantidad se ajusta
a lo que el niño toma y a las veces que vacía el pecho al día.
No existe leche materna de baja calidad, ésta siempre es
adecuada al bebé y es todo cuanto necesita. Un recién nacido no necesita más
líquidos que los que obtiene de la leche de su madre.
Es importante, que no se ofrezcan al niño antes del mes
chupetes ni biberones.
Duración y frecuencia entre las
tomas
Cada niño necesita un tiempo diferente para completar la
toma, variando según el momento y la edad del mismo. Es mejor ofrecer el pecho a demanda. Lo ideal es que la toma dure
hasta que sea el niño quien se suelte espontáneamente del pecho. El recién
nacido no debe estar sin toma más de 4 horas.
La mayoría de los problemas con la lactancia materna se
deben a una mala posición, a un mal agarre o una combinación de ambos. Una
técnica correcta evita la aparición de grietas en el pezón.
Dr. José Luis Pérez Fernández - Pediatra del C.S.Zorroza